Son momentos mágicos, efímeros, en los que un rayo de luz se cuela entre las nubes iluminando un árbol dorado sobre un sombrío valle, o una gota en el mismo ápice de una hoja a punto de caer sobre el vasto manto de hojas... La Naturaleza se viste de gala antes de dormitar durante los meses de invierno.
Uno de estos lugares está en Los Ancares de León, en las cercanías de Cantejeira del Ayuntamiento de Balboa: La cascada de Cantejeira.
Hay que coger el camino que conduce al pueblo de Trabadelo, hacia el sur. A 1 km. aproximadamente, después de salvar una pendiente, sale un camino a la izquierda que nos indica la dirección hacia la cascada. A pocos metros se bifurca, pero el camino a seguir está bien indicado.
Hay que bajar hasta el fondo del arroyo. Desde aquí el camino se estrecha, así que hay que ir en fila.
Los matorrales de Escoba casi ocultan la senda. Pasaremos debajo de robles, avellanos y arces.
Antes de llegar al fondo del arroyo, ya se puede oír el agua que cae en la cascada.
A diferencia de aquellos momentos efímeros, aquí el tiempo se detiene. No sabemos dónde mirar porque todo nos parece espectacular. Es un lugar donde desconectar del mundo y sentir la libertad.